La tensión ocular, también denominada presión intraocular o PIO, hace referencia a la presión que ejercen los fluidos internos del ojo. El ojo necesita cierta presión interior para mantener su forma y funcionar de forma adecuada. Presentar unos niveles adecuados de PIO son fundamentales para una visión correcta y para prevenir determinadas patologías oculares como el glaucoma. Las personas con hipertensión ocular son más susceptibles de padecer glaucoma, enfermedad ocular considerada la segunda causa de ceguera a nivel mundial según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Qué es la hipertensión ocular?
La hipertensión ocular se produce cuando los valores de presión intraocular son más elevados de lo normal y superan los 21 mm Hg. Si no se trata, la presión intraocular elevada puede desencadenar glaucoma.
¿Cómo se mide la presión intraocular?
La presión intraocular puede determinarse mediante una prueba sencilla, rápida e indolora conocida como tonometría. En nuestro Centro Óptico Guadalvisión solemos realizar esta prueba como parte de una exploración oftalmológica completa.
¿Cuáles son los síntomas de la hipertensión ocular?
El principal problema de la hipertensión ocular es que no presenta síntomas, con lo que esta enfermedad puede pasar desapercibida si no se realiza una exploración oftalmológica completa. Por ello son importantes las revisiones oculares periódicas, tanto para descartar la hipertensión ocular como para detectar si existe algún problema de visión.
Factores de riesgo para la hipertensión ocular
Aunque cualquier persona puede presentar hipertensión ocular existen determinados factores de riesgo que incrementan la probabilidad de sufrir esta enfermedad ocular. Los factores de riesgo asociados a la hipertensión ocular son similares a los relacionados con el glaucoma. Entre ellos se encuentran:
- Presentar antecedentes familiares de glaucoma o PIO elevada.
- Personas mayores de 60 años.
- Determinadas enfermedades como la diabetes.
- Presentar miopía o hipermetropía elevadas.
- Presentar determinadas patologías oculares (síndrome pseudoexfoliativo, síndrome de dispersión pigmentaria, arco corneal, etc.).
- Traumatismos oculares o lesiones en el ojo.
- Tratamientos prolongados con ciertos fármacos como los corticosteroides o corticoides.
En el caso de presentar factores de riesgo, es fundamental controlar de cerca la presión intraocular mediante revisiones periódicas en el Centro Óptico.
¿Cómo se puede tratar la hipertensión ocular?
Existen distintos tratamientos para reducir la presión intraocular elevada. Los tratamientos siempre serán individualizados según cada caso particular. Para disminuir la presión dentro del ojo se pueden utilizar fármacos (diferentes tipos y combinaciones de colirios), técnicas láser o diferentes procedimientos quirúrgicos.
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