La visión central es la que nos permite distinguir los pequeños detalles, identificar las formas, colores y características de las cosas. En este momento, para leer estas líneas estás haciendo uso de tu visión central, que aproximadamente abarca unos 30 grados dentro de nuestro campo visual. Además de la visión central contamos con la visión periférica que nos permite percibir lo que nos rodea. Mientras estás centrado en leer este texto también eres capaz de apreciar los objetos que están a tu alrededor y eso es gracias a la visión periférica.
Importancia de la visión periférica
La visión periférica abarca más del 90% de nuestro campo visual y nos permite tener una impresión general de nuestro entorno antes de fijar la mirada un punto concreto. Gracias a la visión periférica podemos conocer dónde nos encontramos y qué pasa a nuestro alrededor.
La visión periférica no nos permite apreciar los detalles, ya que su resolución es menor que la visión central, pero sí nos permite percibir el movimiento y conocer nuestra posición en relación con nuestro entorno por lo que es fundamental en la coordinación visomotriz, la postura y la localización espacial. Aunque no seamos conscientes, utilizamos la visión periférica en todas las actividades de nuestra vida cotidiana: leer, conducir, realizar ejercicio, mantener el equilibrio, etc.
Para que nuestro sistema visual funcione de la forma apropiada nuestros sistemas de visión central y periférica deben estar bien integrados.
Causas más frecuentes de pérdida de la visión periférica
Entre las causas más frecuentes de la pérdida de visión periférica, también conocida comúnmente como visión de túnel, se encuentran patologías oculares como el glaucoma, la retinosis pigmentaria o la retinopatía diabética. Es importante tener en cuenta que la pérdida de visión periférica no es un síntoma que aparezca de repente. Generalmente se trata de un proceso progresivo que incluso puede prolongarse durante años. Por ello, es importante que ante los primeros síntomas o cualquier indicio que nos haga pensar que podamos tener una pérdida de visión periférica acudamos al oftalmólogo para que evalúe nuestra visión y nos prescriba un tratamiento adecuado según nuestro caso.
Por ejemplo, un síntoma que puede pasar desapercibido o no asociarse a una pérdida de visión periférica son las caídas o choques frecuentes sin motivo aparente. Las personas que se caen con frecuencia pueden tener una reducción del campo visual de las zonas laterales que impide la percepción correcta de los objetos que están situados a su alrededor.
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