Las lesiones oculares se producen principalmente por tres motivos: por la acción de objeto extraño sobre la superficie del ojo; por un traumatismo; o por la radiación solar. Un elevado porcentaje de lesiones oculares en niños se producen durante alguna actividad lúdica o deportiva y, en su gran mayoría, son accidentes prevenibles si se toman las medidas adecuadas.
Muchas lesiones oculares que atendemos en nuestra clínica oftalmológica se producen en el entorno de la casa debido a una mala utilización de los juguetes (o al uso de juguetes potencialmente peligrosos con zonas en punta); por caídas accidentales y golpeo contra el mobiliario o escaleras; por el mal uso de cubiertos o elementos para dibujar y pintar. Aunque un accidente siempre puede ocurrir nuestro deber como padres es minimizar los riesgos para ello debemos seguir las siguientes pautas:
- Evitar juguetes que puedan ser peligrosos y vigilar el juego, especialmente cuando intervienen varios niños.
- Diseñar el espacio por el que el niño está en la casa evitando zonas en esquina o en punta y colocando protectores.
- Vigilar al niño mientras come y proveerlo de cubiertos adecuados a su edad.
- Igualmente, evitar lápices, bolígrafos o pinceles a la hora de dibujar, mejor ceras de corto tamaño, de mayor grosor y puntas redondeadas.
Otro de los entornos donde se producen más lesiones oculares en los niños en el transcurso de una práctica deportiva.
- Los deportes que implican el uso de algún elemento externo con el que se puede golpear (o golpear a otro niño), como los deportes de raqueta (tenis, padel, etc.) debemos considerarlos a partir de cierta edad y siempre bajo estricta supervisión. Además, en estos deportes también está el componente de la pelota, que puede ser lanzada a gran velocidad. Tanto la raqueta como el tipo de bola deben adaptarse a la edad del niño. Los niños deben realizar estas actividades de pelota utilizando gafas protectoras y también es recomendable no jugar en dobles. También hay que ser especialmente cuidadosos si el niño, además, utiliza gafas correctoras para algún defecto de visión.
- Los deportes de equipo en los que hay contacto entre los jugadores también pueden ser causa de lesiones oculares. Algún codazo, golpeo en la cabeza, etc. La supervisión del juego por un adulto es importante para amonestar los contactos y evitar una alta intensidad en las jugadas.
- El hookey puede ser de los deportes más peligrosos para los niños ya que implica lanzamiento de pelotas (o pastillas), una estructura para golpear (stick) y contacto entre los participantes. Este tipo de deportes deben practicarse siempre con cascos y gafas protectoras.
- Deportes al aire libre con velocidad (como ciclismo, sky, skate o deportes acuáticos) tienen dos peligros, por un lado la entrada de algún objeto a gran velocidad (mosquitos, briznas con el aire, etc.) y la irradiación solar. En estos casos es fundamental el uso de gafas de sol que además realicen función de protección física y que podemos comprar en la óptica. El casco también es fundamental en cualquier deporte que implique velocidad y por supuesto, valorar si la edad del niño es adecuada para el nivel de destreza que se requiere para practicar de forma segura estos deportes.
Como hemos dicho, los accidentes siempre pueden ocurrir, pero utilizando el sentido común se pueden minimizar los riesgos. Cualquier elemento protector de los ojos también debe ser el adecuado, no cualquier gafa es óptima para un uso deportivo. Ante cualquier incidente relacionado con el ojo o golpeo en la cabeza debemos acudir de inmediato a nuestro oculista para realizar una revisión oftalmológica.
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